Descubre la idílica playa de Benedetti…
Las playas desnudas, vacías de gente pero bien abrigaditas de naturaleza, son una excepción y también un lujo cada vez más necesario, tanto para el alma como para el equilibrio ambiental. La gran tragedia, humana y planetaria, es que cuanto más hermosa es una playa, cuanto más recrea la imagen ideal de paraíso salvaje, más cerca está de ser pasto de agencias de viajes, y de acabar enterrada bajo nuestras sombrillas y toallas.
Soñar un nuevo mundo, más respetuoso con el entorno, exige estar bien despiertos. Preservar un planeta es sumar decididas políticas verdes a una ciencia que baile con lobos y flores al son de la ética. Como buen bailarín, Benedetti nos enseña que la literatura comprometida forma parte esencial de un también imprescindible arte feroz que sublime una primavera para todos.
Porque seguir la estela que traza sobre el cielo el vuelo libre de su pluma es otra manera de salvarse. Al gran Benedetti le basta una frase para alzar su voz contra las masificadas playas. En su libro ‘Primavera con una esquina rota’ nos cuenta que “…se podía ver la playa como playa y no como un vasto negocio con arena…”. Realmente, no hace falta añadir nada más, o quizás sí, y que sea él mismo quien lo haga con este poema titulado “El silencio del mar”, que en el vídeo recita él mismo : )
El silencio del mar
brama un juicio infinito
más concentrado que el de un cántaro
más implacable que dos gotas
ya acerque el horizonte o nos entregue
la muerte azul de las medusas
nuestras sospechas no lo dejan
el mar escucha como un sordo
es insensible como un dios
y sobrevive a los sobrevivientes
nunca sabré qué espero de él
ni qué conjuro deja en mis tobillos
pero cuando estos ojos se hartan de baldosas
y esperan entre el llano y las colinas
o en calles que se cierran en más calles
entonces sí me siento náufrago
y sólo el mar puede salvarme.
P.D. Aún a sabiendas de que Benedetti en una etapa temprana calificó el mar como lugar idílico en sentido negativo (-“la calle es conflictual, el campo es conflictual; solo la playa es idílica”-), lo hizo dentro del marco del compromiso político que tanto lo caracterizó, y por lo tanto cabe entender que hizo tal afirmación en dicho contexto. Por lo tanto, el amor por la Naturaleza expresada por Benedetti cobra todo su significado por sí mismo, y apostamos a que, de estar vivo, reivindicaría la protección del planeta con la sensibilidad, inteligencia y vehemencia que le caracterizaban. Y que el mar dejaría de ser un escenario o simple fuente de inspiración, trascendiendo aquellos versos que una vez escribió afirmando que “el mar es un azar, qué tentación echar una botella al mar”. Apostamos a que su mensaje en una botella sería un te quiero y/o una declaración de principios en favor de un planeta más verde.